11Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor
ni aborrezcas su reprensión,
12 porque el Señor a quien ama reprende,
como un padre al hijo en quien se deleita.
Proverbios 3:11-12
Amamos a nuestros hijos, así como Dios nos ama… y es por Su amor que nos disciplina. No temamos disciplinar a nuestros hijos cuando empiezan a apartarse del camino de Dios. Porque sabemos que hay solo dos caminos, y a dónde es a donde nos lleva cada uno.
No justifiquemos el que “todos lo hacen” para ser permisivos o tolerantes.
Enseñemos a nuestros hijos a entrar por la puerta estrecha.