La Obediencia

 
 
   

Por Ani Garza T
Mayo 29, 2014

obediencia-640Otra de las virtudes de Jesús es la obediencia:

Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2:8

Jesús fue obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.  El principal anhelo de Jesús, es cumplir la voluntad de su Padre.

¿Por qué es tan importante adquirir la virtud de Obediencia?

La obediencia es uno de los mandamientos que Dios nos ha dejado y que viene con una hermosa promesa.

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. 2 Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa), 3 para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra.
Efesios 6:1-3

Por eso la importancia de conocer esta virtud y no solamente  practicarla, sino enseñarla a nuestros hijos.
Si deseamos que nuestros hijos sean felices, les vaya bien y tengan una larga vida sobre la tierra, entonces deben aprender a ser obedientes a los padres que están en El Señor, a los que siguen la Palabra de Dios.

Dios también deja esta misma instrucción para los amos o patrones y los siervos:

5 Siervos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de vuestro corazón, como a Cristo; 6 no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios. 7 Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, 8 sabiendo que cualquier cosa buena que cada uno haga, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. 9 Y vosotros, amos, haced lo mismo con ellos, y dejad las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y de vosotros está en los cielos, y que para El no hay acepción de personas.
Efesios 6:4-9

La obediencia trae bendición, y cuando nos sea difícil obedecer a un jefe insensato, pensemos que lo hacemos como si lo hiciéramos para el Señor, porque es de Él, de quien recibiremos la recompensa.

Debemos comprender también, que Dios nos ha dejado diez mandamientos, y la desobediencia a ellos, se llama pecado. Una vida de pecado impide que podamos recibir las bendiciones que Dios quiere darnos.

Desde el Antiguo Testamento Dios nos ha dejado todas las bendiciones que obtendremos si decidimos obedecerlo:

28 Y sucederá que si obedeces diligentemente al Señor tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el Señor tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra. Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al Señor tu Dios: Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el campo.Bendito el fruto de tu vientre, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las crías de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa. Bendito serás cuando entres, y bendito serás cuando salgas…
Deuteronomio 28:1-6

Y así podemos leer en el capítulo 28 todas las bendiciones de la obediencia, así como las consecuencias por la desobediencia.

Al conocer esto, debemos dejar de lado la incredulidad que a veces tenemos de Dios y decidir buscar en Su Palabra lo que nos traerá bendición, no solamente a nosotros sino a nuestra familia y descendencia.

Dios se complace en la obediencia, mucho más que en los sacrificios:

22 Y Samuel dijo:
¿Se complace el Señor tanto en holocaustos y sacrificios
como en la obediencia a la voz del Señor?

He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio,
y el prestar atención, que la grosura de los carneros.
23 Porque la rebelión es como pecado de adivinación,
y la desobediencia, como iniquidad e idolatría.
Por cuanto has desechado la palabra del Señor,
Él también te ha desechado para que no seas rey.
1 Samuel 15:22-24

Dios se complace en la obediencia de sus hijos, así como nosotros los padres, también nos complacemos en nuestros hijos obedientes.

Por eso es muy importante que no seamos insensatos, sino que seamos entendidos de cuál es la voluntad de Dios y obedecerla. Y la principal manera para conocer la Voluntad de Dios es mediante la lectura de Su Palabra, la Biblia.
Porque en la Biblia, no solamente conoceremos lo que Dios prohíbe (para guardarnos del mal), sino las maravillosas promesas que Dios tiene cuando decidimos seguirlo.  Jesús lo dijo así: “Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia.”

Por eso la importancia de recibir a Jesús en nuestras vidas, para así recibir El Espíritu Santo que nos guiará a toda la verdad de la Palabra de Dios, nos capacitará para cumplir los mandamientos y nos irá recordando todo lo que Jesús nos ha ido enseñando.

Y sobre todo, al conocer el propósito de Jesús al ser obediente, podamos entender lo más importante: el plan de salvación que Dios nos dejó:

Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Romanos 5:19

Así es, por medio de Adán, entró la desobediencia y el pecado al mundo; pero por medio de la obediencia de Jesús al Padre, ahora todos los que creemos en Él, pasamos a ser justos delante de Dios. Gracias Señor.

Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia.
1 Pedro 1:13-14

Vale la pena ser obedientes a la Verdad, porque esto purifica nuestras almas y limpia nuestro corazón, lo cual es necesario para poder ver a Dios.

Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro.
1 Pedro 1:22

Es necesario: que no solamente confesemos a Jesús como Señor; sino conocer y obedecer la Voluntad de Dios para poder entrar en el reino de los cielos.

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mateo 7:21

Todo pasará, los cielos y la tierra y hasta nuestros deseos, pero el que hace la Voluntad del Padre, permanece para siempre y tiene la vida eterna.

La obra que Dios ha iniciado en nosotros, la irá perfeccionando hasta el día en que Jesús regrese por su Iglesia, estemos preparados.

Ojalá que podamos aprender de Jesús y llegar a decir:

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Juan 6:38

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