Para conocer lo verdadero, también es necesario conocer lo falso; y así poder discernir la diferencia. Dios ha puesto delante de nosotros: lo bueno y lo malo, la verdad y la mentira, la bendición y la maldición. Por falta de conocimiento… el mismo pueblo de Dios decide lo malo (lo que trae muerte espiritual), y le llama bueno; incluso a la perversidad o inmoralidad sexual ahora se le llama ser respetuoso.
Hace seis meses, ganó en México un presidente de izquierda… el cuál empezó su toma de protesta recibiendo una “barrida” y una consagración de un chamán a no sabemos qué. Llegó como lobo con piel de oveja engañando a muchos antes de las elecciones, para ganar su voto, y aún hoy, sigue confundiendo aún a los escogidos.
Ha introducido en nuestro país, algo que jamás habíamos permitido: un día dedicado a la LGTBXYZ (o algo así), levantando la bandera gay con orgullo y con “respeto” como le dice él. Muchos le aplaudieron y otros simplemente se quedaron callados; nadie levantó la voz durante su anunciamiento. ¿Triste o vergonzoso? No sé.