Los Miserables -Parte Uno

 
 
   

Por Ani Garza T
Febrero 26, 2013

miserables2Los Miserables. ¡Que película! Si aún no la has ido a ver, te recomiendo que la veas en el cine, y de preferencia antes de que leas esta crítica o resumen que voy a ir compartiendo en partes.

Desde que inicio la película «Los Miserables» captó mi atención por completo, cientos de presos, esclavos clamando a Dios por la situación que pasaban sintiendo que Él no los escuchaba. Siendo maltratados por hombres que creían tener el poder y autoridad para hacerlo, uno de ellos de nombre Javert (personaje importante en la película).

Uno de los presos: Jean, el actor principal, descuidado y de barba, escapa de ese lugar. Salió buscando a alguien que lo recibiera y lo alimentara, ya que no tenía en dónde quedarse. Después de tocar varias puertas sin recibir apoyo, llega a una iglesia en dónde el obispo lo recibe y lo invita a su casa, ahí le dan de comer y le presta un cuarto para que pase la noche. Jean era un delincuente al que habían metido a la cárcel por robarse supuestamente un pedazo de pan para su hermana y sobrino que estaban padeciendo hambre.

Jean, estando en la casa del obispo que lo recibe, aprovecha para robarse adornos, algunas otras cosas de plata y escapar. Pero los sirvientes de la casa lo atrapan antes de que se vaya y lo entregan al dueño acusándolo de haber robado.

¡Es aquí en dónde empieza lo bueno! El hombre, en vez de acusarlo y enviarlo nuevamente a la cárcel, decide perdonarlo y le dice a los empleados que él le había regalado todo eso y que además se le había olvidado llevarse dos candelabros grandes de mucho valor.

Recordé lo que Jesús nos dice:
38 »Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.” 39 Pero yo les digo: No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. 40 Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. 41 Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos. 42 A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado.
Mateo 5:38-42

Después de dirigirse a Jean de una manera muy amable, les da las gracias a sus empleados por su ayuda y les dice que Dios los bendecirá. Jean queda sorprendido, quizá avergonzado y arrepentido al ver la reacción del dueño de la casa.

El obispo, digno y bondadoso, desea darle esperanza a Jean y le pide que utilice esa plata para ser un hombre honesto y de bien. Le dice que tiene un alma en la cual está interesado y ahora él la ha «comprado o conquistado» para que pueda ser guiada en el Camino de Dios.
Me encantó ver a este hombre reconociendo el precio tan alto que vale un alma y cómo por medio de la misericordia que mostró a Jean, éste pudo ser ganado para Dios. Este simple detalle logró sensibilizar de tal manera a Jean, que durante el resto de la película se puede ver el impacto que este incidente tuvo en su vida. Podremos ir conociendo el gran corazón al ver su actitud en cada situación que se le fue presentando, y en muchas ocasiones orando a Dios.

La película de Los Miserables además de ser muy interesante, es de mucha enseñanza y muestra en forma práctica los valores cristianos.

Durante esta semana seguiremos desmenuzando cada parte de la película. Si tienes alguna opinión, nos encantaría que participaras dejando un comentario en la parte de debajo de este mensaje.

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1 respuesta a Los Miserables -Parte Uno

  1. Paola dijo:

    A mi también me gustó mucho la película. ¿Y que opinas de la mujer que corren de su trabajo y empieza a dedicarse a la prostitución para ganar dinero?

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