Estudio Gálatas Dos

 
 
   

Estudio Carta a los Gálatas 2
Por Ana Ma GT

Base Bíblica: Gálatas 2:16-21
16sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley; puesto que por las obras de la ley nadie será justificado.
17Pero si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros hemos sido hallados pecadores, ¿es Cristo, entonces, ministro de pecado? ¡De ningún modo!
18Porque si yo reedifico lo que en otro tiempo destruí, yo mismo resulto transgresor.
19Pues mediante la ley yo morí a la ley, a fin de vivir para Dios.
20Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
21No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la ley, entonces Cristo murió en vano.

Verso para meditar:
2:20 Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Introducción
En el capítulo 2 de la carta a los Gálatas, Pablo vuelve a insistir en la importancia del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo y la forma en que somos justificados delante de Dios. Repite que la justificación viene por la fe en Cristo, y no por cumplir las obras de la ley, ya que no hay nadie que pueda cumplir por si solo las obras de la ley.

Pablo enfatiza que una vez que somos justificados por la fe en Cristo, creyendo en El, en lo que hizo en la cruz, debemos morir también a nosotros mismos hasta poder declarar: “Ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mi”. Y ahora la vida que tenemos en la carne lo hacemos por la fe en el Hijo de Dios, reconociendo su gran amor, por el cual se entregó por nosotros. Fuimos comprados a precio de sangre, ahora le pertenecemos y debemos vivir por El y para El.

Pablo reconoce que es por gracia que hemos sido salvados, porque si fuera por cumplir la ley pues entonces Cristo murió en vano.

En este capítulo Pablo también menciona, que así como a Pedro le fue encomendado el Evangelio para los judíos, el pueblo de Dios; y Dios no hace acepción de personas, a él le fué encomendado llevar el Evangelio de Jesucristo a los gentiles, a todos los demás. Dios no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedamos al arrepentimiento y recibamos el perdón en Jesus, todos debemos tener acceso a la Palabra de Dios por la cual tenemos Salvación y Vida Eterna.

Entendiendo la Palabra de Dios
Hay personas que sean justas y que no hayan cometido pecado?
Rom. 3:9-12

Podemos ser justificados por cumplir la ley?
Gal. 2:16; Rom. 3:20

Para que nos fue dada la ley?
Rom. 3:20; Gal. 3:24

Como podemos ser perdonados, reconciliados y justificados delante de Dios?
Hechos 13:38-39; Rom. 3:24-26; Rom. 5:10-11

Podemos seguir viviendo en pecado después de recibir a Cristo?
Gal. 2:17-18; Hebreos 10:26-31; 1 Juan 2:1

Aplicando esta Palabra a tu vida
Sigues viviendo a tu manera?
Isaías 1:18-20; Gal. 2:19-20; Rom. 6:2-11

Has sido reconciliado y conoces a Dios por medio de la justificación a traves de Cristo?
1 Juan 2:3-6; Juan 6:68-69; Juan 14:7-14

Has recibido el regalo de Salvación y Vida Eterna?
Efesios 2:8-10; Juan 17:2-3

Tu manera de vivir, refleja que Cristo vive en ti?
Rom. 12:1-21

Conclusión
Hemos sido justificados delante de Dios por la fe en Cristo, y no por cumplir las obras de la ley, ya que por las obras de la ley nadie puede ser justificado. Si pudiera ser así, entonces en vano murió Cristo. Cuando por fe recibimos a Jesus, buscamos vivir como él vivió, morir a nosotros mismos para poder llegar a decir lo que Pablo: “Ya no soy yo, sino que Cristo vive en mi”. La manera en que ahora vivimos debe reflejar esta verdad, morimos a nuestro viejo hombre, nuestra pasada manera de vivir, buscando vivir ahora para Dios.

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6 respuestas a Estudio Gálatas Dos

  1. Ani dijo:

    Hola Zoila,

    Pablo se refiere a la Ley de Dios, a la Palabra de Dios … Acabo de dejar una respuesta de tu comentario en el Estudio de Gálatas 3.

    https://www.encuentrosconjesus.com/estudio-galatas-tres/#comment-13280

  2. Zoila Ruth Elias Aguilar dijo:

    con respecto al estudio de Gálatas 2, segun sus conocimientos bíblicos a que ley se refiere Pablo en ese capítulo a la ley ceremonial o la ley moral? nesecito su respuesta

  3. Josep dijo:

    Me sumo y estoy completamente de acuerdo con la opinión de Paola. Y me permito discrepar totalmente con Nicolas.

    Bendiciones

    Josep

  4. paola dijo:

    Creo que mas bien, debiera ser: «Ama y haz lo que Dios dice» o «Ama y obedece a Dios». Ya que con la bandera del amor, y de hacer lo que queramos en vez de lo que Dios dice, muchos justifican sus relaciones sexuales fuera del matrimonio, abandono a la familia porque «es» lo que mas les conviene a todos, etc. El corazón es engañoso, y el hacer lo que queramos en vez de lo que Dios dice seguro nos traerá problemas. Bendiciones.

    • Nicolás dijo:

      Me permito discrepar alegremente, mon amie. Todo lo que quiere Dios es amor. ¿No dice Jesús mismo al fariseo que el resumen de la ley era amar a Dios con todo lo que era y al prójimo como a sí mismo? ¿No dijo el Señor en la Última Cena «Amaos los unos a los otros como yo os he amado»? ¿No dice el Apóstol Juan en sus cartas que el pilar de todo el Evangelio es amar?

      El amor que inflama el corazón del siervo de Jesús es un amor inspirado por el Espíritu Santo. No es el amor del mundo. No. Cuando abrimos nuestras puertas al amor de Dios, nos dejamos amar, y le amamos fielmente, entonces nuestro amor es cada vez más lejano al amor del mundo.

      El amor de Dios es el amor de Cristo, amor que lo llevó a la cruz sin oponer recistencia, amor que le hizo descender de los Cielos en la pequeña figura de un bebé, amor que le hizo entregarse hasta la última gota de Sangre Redentora por todos nosotros. Jesús dice en esa Última Cena con sus amigos: «Pero ahora yo les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros como yo los he amado». ¿Y cómo amó Jesús? Dando su vida.

      El amor del mundo, el que tú mencionas, es el amor mezquino y egoísta, que busca el propio placer y la pecaminosidad. El amor de Dios, el amor que nos pide Jesús como última voluntad, como su testamento final, es el amor que nos hará entregarnos por los demás. Es el amor que nos hará dar la otra mejilla cuando seamos golpeados, el amor que nos hará permanecer en silencio cuando seamos ofendidos, el amor que nos hará amar a los que nos persigan por causa del Evangelio, el amor que nos impulsará a sacrificarnos por defender al Señor. Si amamos como Jesús amó, entonces no hay más palabras. Como lo dice San Pablo, citado más arriba, si resucitamos con Cristo, entonces es Cristo quien vive en nosotros y nosotros en Él. Hemos muerto al pecado en su cruz, hemos nacido a ser hombres nuevos en su Resurrección. Lo mismo aquí: si amas con el amor de Jesús, no podrás dejar lugar en tu vida para algo que sea contrario a Dios o vaya en contra de su Palabra. Ya lo dijo también San Juan: Si decidimos que vivimos en la luz, pero no amamos y hacemos lo malo, entonces vivimos en las tinieblas.

      En suma, si amamos como Jesús nos amó primero, entonces no podremos habitar enn la oscuridad. Si por voluntad de Dios tenemos una tendencia homosexual, ya sea por el ambiente en que hemos crecido o por una inclinación particular desde que nacemos, entonces nace el amor de Jesús. Si en nosotros predomina el amor del mundo, entonces contradeciremos la Palabra de Dios; pero si nosotros amamos con el amor de Dios, entonces moriremos a lo que somos en favor del amor que sentimos por Jesús. Si amamos a Jesús, y si amamos con el amor de Jesús, entonces jamás se nos ocurriría plantearnos la infidelidad, sino que intentaríamos amar a nuestro cónyuge, y si hemos hecho una mala elección y no amamos realmente a nuestra pareja, por amor a Jesús, que se manifiesta en el amor hacia los demás, soportaremos con paciencia y mancedumbre, tal como lo hizo Él, todo lo que tengamos que soportar. Aceptaremos todo por amor a Jesús, y será este mismo amor el que nos lleve a evitar una separación, porque interpondríamos la voluntad de los hombres a la Voluntad de Dios, y porque pondríamos en grave riesgo de pecar a nuestro cónyuge.

      Siento, por lo tanto, si se malinterpretó la pequeña cita que me permití añadir más arriba. Rectifico entonces, y amplío la idea del amigo de Jesús:

      Ama con el amor de Jesús, configura tu vida en relación a este amor, y haz lo que quieras, porque este «lo que quieras» no podrá jamás ir en contra de Dios, siempre y cuando (repito «siempre y cuando») amemos como Jesús amó.

      El Señor nos bendiga y nos guarde. Ilumine su Rostro sobre nosotros y se apiade de nosotros. El Señor nos bendiga y nos conceda la paz.
      En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
      Amén.

  5. Nicolás dijo:

    El gran amigo de Jesús, San Agustín, ha resumido todo esto en una de las síntesis más hermosas del Evangelio: «Ama y haz lo que quieras».

    El Señor nos bendigo y nos guarde. Ilumine su Rostro sobre nosotros y se apiade de nosotros. El Señor nos bendiga y nos conceda la paz.
    En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
    Amén.

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