Elige la calma

 
 
   

Por: Ani Garza T
Mayo 31, 2011

Gálatas 5:22-23

Gálatas 5:22-23

¿Por qué, sabiendo lo que debemos hacer, seguimos haciendo lo contrario? Cuando escuchamos esta frase de “elige la calma”, suena tan sencillo y tan lógico que pensamos que es eso, una simple decisión.

Creemos que el solo hecho de “elegir” actuar con calma, es suficiente para lograrlo. ¿Es bueno elegir la calma? ¿Es bueno hablar con palabras suaves? ¿Es bueno mantener la paz? ¿La paciencia? ¿La bondad? ¿La mansedumbre?  ¿Todo lo que implica estar en calma?
¡Por supuesto que sí! Entonces, ¿por qué una vez tomada la decisión, no podemos mantenerla?

Vemos ahora, como esta el mundo en general y la forma de reaccionar de las personas, y lo que menos vemos hoy en día es la calma. Las personas se han vuelto mas desesperadas, en vez de pacientes; mas malosas, en vez de bondadosas; mas violentas, en vez de mansas; mas egoístas, en vez de generosas; mas enojonas e iracundas. Nos quejamos de la violencia que vemos en las calles, y no nos damos cuenta de la violencia intrafamiliar en la que estamos viviendo. La forma de hablarse entre los familiares, la falta de respeto a los padres, los insultos entre hermanos, entre los esposos, nos da una señal clara de que no hay calma ni paz en la mayoría de las personas. La agresión ya no se queda solamente en lo verbal, sino que ya esta pasando a los golpes, a la destrucción. ¿Y, es esto lo que queremos en nuestra familia y sociedad? Por supuesto que no. Entonces, ¿por qué es, que aunque deseamos reaccionar en calma y en paz, no lo podemos lograr?

La Biblia lo explica claramente en el siguiente pasaje:

17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.

Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Galatas 5:17-21

La naturaleza humana, la carne, tiende a este tipo de actitudes. Aunque queramos escoger la calma, en vez de los pleitos, gritería, enojos, rivalidades, envidias, etc. no lo podremos lograr con nuestras propias fuerzas o simplemente por tomar la decisión de elegirlo. Tarde o temprano, nos daremos cuenta de que solos no podemos y estaremos listos para buscar la manera de lograrlo.

Una vez que reconocemos que no es simplemente el tomar la decisión de “elegir la calma”, sino que va mas allá de nuestra naturaleza humana o nuestra carne, podremos entender que debe haber alguna “otra” manera de lograrlo; porque todos conocemos personas que ya lo han logrado.
Son personas que tienen ese «algo» que muchos no alcanzan a comprender. Pero podemos ver en quienes sí lo poseen, manifestar el fruto de: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio.
Lo que muchos hemos buscado por años… quizá en libros, filosofías, curso tras curso, yoga, alcohol, droga y otros.

¿Sabes que es ese «algo» que estas personas tienen?

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio;
G
álatas 5.22-23

Es el fruto del Espíritu Santo, el que nos permite estar en CALMA, en PAZ.  La calma no es una mera decisión; sino la combinación del fruto del Espíritu Santo al poderlo manifestar.
Es el amor, el gozo, la paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio lo que producirá en nosotros la calma. Es un fruto, algo que se manifiesta o se da…,  no es algo que se elige.

El fruto, tampoco es algo que se da o se manifieste de un día para otro, ni tampoco se da por decidir darlo o por esforzarse; el fruto se da, cuando estando en la rama, pegada al tronco, recibe el alimento, la savia, que el mismo tronco le proporciona por el simple hecho de estar pegada a él. Una rama que es cortada, apartada del tronco, por más que se esfuerce o decida, jamás podrá producir fruto.

Y es por esto, que Jesús dice que EL es la Vid/Tronco, y nosotros somos simples sarmientos/ramas, y apartadas de EL, no podremos dar fruto, por mas que nos esforcemosy aún que lo decidamos. La única manera de producir el fruto que nos permitirá estar en paz es: si permanecemos en EL, en Su Palabra; Jesucristo ES la Palabra de Dios hecha carne. Su Palabra es el alimento para nuestro Espíritu.

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos. Gálatas 5:4-8

Podemos seguir tomando decisiones o eligiendo estar en calma, en paz, ser bondadosos, pacientes, amar, etc. Pero si no permanecemos en EL, En Cristo, esas decisiones se quedarán en simples buenas intenciones que no producirán el fruto que estamos esperando.
Piénsalo…, ¿cuántas veces has tomado la decisión de estar en calma, en paz, en ser mas paciente y amar incondicionalmente… y tu mismo has saboteado una y otra vez estas buenas intenciones? ¿Pocas, muchas?

Hoy es el día de reconocer que necesitamos a Dios en nuestra vida, o volvernos a poner a cuentas con Él. Necesitamos recibir a Jesucristo en nuestro corazón, y recibir Su Espíritu Santo, quien es el único que nos puede ayudar a vivir en calma, manifestando el fruto que es: amor, paz, paciencia, gozo, bondad, benignidad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio.

No se trata de una decisión mental, carnal o humana; se trata del don espiritual, de tener una relación personal con Dios a través del Espíritu Santo, quién Dios da a los que se lo piden y lo obedecen, creyendo a quién EL envió, a su Hijo Jesucristo.
¿Podrá haber otro camino para lograrlo? No.
Jesús es el UNICO Camino para llegar a Dios Padre y recibir el Espíritu Santo, quién producirá en nosotros el fruto que por nuestras propias fuerzas jamás podremos producir de manera constante.
HOY es el día de tomar la decisión de buscar o ponernos a cuentas con Dios, y a su manera.

Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
Lucas 11:13


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2 respuestas a Elige la calma

  1. paola dijo:

    Pero como puedo saber si realmente Dios me da el Espíritu Santo?

    • Ani dijo:

      Cuando a Jesús ya lo iban a crucificar, Jesús mismo les dijo a sus seguidores: «No entienden?, les conviene que yo me vaya, porque cuando me vaya, mi Padre enviará el Espíritu Santo para que los guíe, y será su consolador». Es una promesa para los que creemos en Jesús. Y en el pasaje de Lucas 11:10-13, Jesus también nos dice, que si nosotros como padres somos malos y damos buenas cosas a nuestros hijos, cuanto mas nuestro Padre Celestial dará el Espiritu Santo a los que se lo pidan. Se lo podemos pedir a Dios Padre, en nombre de Jesús. El también se lo da a los que lo obedecen, creyendo a quien Él envio. Lo podemos leer en Hechos 5:31-32.

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