El poder de las palabras

 
 
   

Por Ana Maria GT
Marzo 02, 2011

Me llama mucho la atención como empieza el libro de Génesis, es increíble ver el poder que tiene la palabra de Dios. Leemos una y otra vez: “Dios DIJO:…”; Dios DIJO: “Sea la Luz.” Y la luz se hizo; Dios DIJO: “Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semilla, y árboles frutales….”, y fue así; Dios DIJO: “Llenese la tierra de seres vivientes, y vuelen las aves sobre la tierra…..”, Y fue asi. Y Dios DIJO, y DIJO, y DIJO… Y vemos como con el poder de su Palabra creó el mundo entero.

Hay o no poder en la Palabra de Dios? Es cuestión de que Dios DIGA, para que las cosas sucedan. Los mismos discípulos lo reconocieron cuando dijeron: “Y quien es este, que hasta los vientos y los mares obedecen?”. Ese es Dios todopoderoso, hasta la misma naturaleza lo obedece; y nosotros siendo humanos racionales, como batallamos para obedecer lo que Dios nos dice. Quizá porque no hemos logrado entender el poder que tiene su palabra.

Pero que tal el centurión? Recuerdas ese pasaje? El centurión era un soldado romano, era un gentil, ni siquiera era de los discípulos que andaban con Jesús; pero conocía bien el poder de la palabra de Dios. La forma en que le pidió a Jesus que sanara a su siervo que estaba enfermo….

“Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa…. pero YO SE que una PALABRA tuya, será suficiente para sanar a….”

Wow, eso es lo que se llama fe. Ni siquiera tenía la necesidad de que Jesus llegara a su siervo, el centurión sabía, que una sola palabra que Jesús dijera, podía sanar a su siervo. El centurión sabía que si Jesus decía: “Siervo SE SANO”, este sanaría. Y así fué, Jesus dijo la Palabra a larga distancia, y la Biblia dice que en ese mismo momento, el siervo fue sano.

Lo creamos o no, hay poder en las palabras. Y podemos usarlas tanto para bendecir como para maldecir, para construir o destruir. Y estas traerán un efecto sobre las personas que nos rodean; por eso la importancia de guardar nuestra lengua de hablar el mal. La importancia de hablar palabras de bendición a las personas, y sobre todo a las que mas amamos, a nuestra familia. Crees que solamente la palabra de Dios es la que tiene poder? Crees que tu lengua, lo que hablas, puede dirigir el rumbo de tu vida?

Aunque sea un miembro tan pequeño, asi como el simple timón de un barco, este puede dirigir el rumbo de la nave.

4Mirad también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad del piloto quiere.
5Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego!
6Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida.
7Porque todo género de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género humano,
8pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal.
9Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios;
10de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
11¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga?
12¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas, o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce. Santiago 3:4-12

Hay poder en lo que decimos, una sola palabra, un solo chisme, una sola maldición, una sola mentira, una palabra en el momento de ira, puede incendiar y dañar un gran bosque; lastimar profundamente a quienes mas amamos.

Me encanta que Dios ya nos lo había advertido, es mas fácil domar animales salvajes, que nuestra propia lengua. Si no es algo bueno, de bendición, lo que vayamos a decir, que nuestra oración sea la misma de David, “Señor, guarda mi lengua”. Y cada vez que vayamos a maldecir porque la ira nos controla, recordemos pedirle a Dios: “Señor, ayúdame y guarda mi lengua”, y El nos ayudará.

El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias. Proverbios 21:23

La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira. Proverbios 15:1

Gracias Señor, porque solo tu eres quien pones en nosotros el querer como el hacer. Que queramos seguir conociendo mas de tu palabra, y hacerla, ponerla en práctica, en el nombre de Jesus.

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