Dios sigue sin escucharme

 
 
   

Por Ana Maria GT
Mayo 29, 2012

Dios es el único omniciente, que todo lo sabe; omnipresente, que está en todos lados; y omnipotente, que todo lo puede. Él tiene planes de bienestar y no de calamidad para nosotros. ¿Pero por qué es que a veces parece no escucharnos?

11 «Porque yo sé los planes que tengo para vosotros»–declara el SEÑOR–«planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.
12 Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé.
13 Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón.” Jeremías 29:11-13

Es hasta que invocamos al Señor con todo nuestro corazón que lo podemos encontrar y Él nos escuchará. Es cuando nos hemos encontrado su Palabra, la Biblia, y comprendemos que por la fe en Jesús, por creer en Él y recibirlo, pasamos a ser hijos de Dios y le podemos decir Padre, que podremos heredar sus promesas.

12 En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí,…
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Juan 14:12-13

Jesús da esta promesa a sus discípulos, solamente a los que creen en Él. Es muy importante comprender que para que ésta promesa se cumpla, tenemos que CREER en Jesús, en Su Palabra. Así como nos dice claramente lo que necesitamos para recibir sus promesas, también nos dice cuales son las cosas que impiden que nuestras oraciones sean escuchadas.
En este mensaje me gustaría compartir algunas de las cosas que hacemos o dejamos de hacer, que estorban nuestras oraciones.

El primer mandamiento con promesa que Dios nos deja es el siguiente:

1 Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo.
2 HONRA A TU PADRE Y A tu MADRE (que es el primer mandamiento con promesa),
3 PARA QUE TE VAYA BIEN, Y PARA QUE TENGAS LARGA VIDA SOBRE LA TIERRA.
Efesios 6:1-3

Entonces, si somos hijos, debemos obedecer y honrar a nuestros padres para que nos vaya bien. No hay manera de que le pidamos a Dios que nos ayude a ser prosperados cuando no cumplimos el primer mandamiento que nos ha dejado.
Si la forma en que estamos viviendo nuestra vida no honra a nuestros padres, nuestras oraciones no serán escuchadas. ¿Estamos viviendo una vida ordenada, responsable, respetuosa, honesta, esforzándonos en lo que nos toca hacer en cada etapa de nuestra vida honrando a nuestros padres? ¿O estamos viviendo una vida desordenada, irresponsable, en rebeldía, en alcohol o droga que avergüenza a nuestros padres? Si queremos que nos vaya bien, ni si quiera se lo tenemos que pedir a Dios; Él ya nos ha dejado escrito como lograrlo.

Otra de las razones por la que Dios no nos escucha, es cuando no nos sometemos a las autoridades que Él ha puesto.

5 Siervos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de vuestro corazón, como a Cristo;
6 no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios.
7 Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
8 sabiendo que cualquier cosa buena que cada uno haga, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
Efesios 6:5-8

Toda autoridad es puesta por Dios y debemos respetarla. Ya sea nuestros padres, nuestro esposo, maestros, policía, jefes o gobernantes. Dios espera sumisión de parte nuestra y no rebeldía.

Hay padres orando para que Dios restaure el caminar de sus hijos, pero parece que Dios no escucha.

Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.
Proverbios 22:6

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.
Efesios 6:4

La vara y la reprensión dan sabiduría, pero el niño consentido averguenza a su madre.
Proverbios 29:15

Hay muchos hombres orando por la restauración de su matrimonio y familia, pero si no aman a sus esposas y son comprensivos con ellas tratándolas como a un vaso frágil, esas oraciones serán estorbadas.

7 Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
1 Pedro 3:7

Hay mujeres y hombres que dieron lugar al diablo en su matrimonio y ahora están orando por la restauración o para que el cónyuge regrese a casa.

1 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.
2 No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
3 Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido.
4 La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
5 No os privéis el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicaros a la oración; volved después a juntaros a fin de que Satanás no os tiente por causa de vuestra falta de dominio propio.
1 Corintios 7:1-5

Hay hombres orando por provisión económica, cuando le han robado a Dios. Y no creen en lo que Dios ha dicho para que sean prosperados.

7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis estatutos y no los habéis guardado. Volved a mí y yo volveré a vosotros–dice el SEÑOR de los ejércitos. Pero decís: «¿Cómo hemos de volver?»
8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me estáis robando. Pero decís: «¿En qué te hemos robado?» En los diezmos y en las ofrendas.
9 Con maldición estáis malditos, porque vosotros, la nación entera, me estáis robando.
10 Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto–dice el SEÑOR de los ejércitos–si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde.
11 Por vosotros reprenderé al devorador, para que no os destruya los frutos del suelo; ni vuestra vid en el campo será estéril–dice el SEÑOR de los ejércitos.
Malaquías 3:7-11

13 El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará y no recibirá respuesta.
Proverbios 21:13

Dios no es hombre para mentir ni engañar, Dios es fiel a cada una de sus promesas. El ha dejado escrito lo que trae bendición a nuestra vida, y lo que impide que la recibamos. Solamente depende de nosotros el creerle y obedecerle para que recibamos la vida en abundancia que Cristo ha venido a darnos.
Si hemos sido incrédulos y hemos andado a nuestra manera sin considerar a Dios en nuestra vida, Él quiere que razonemos.

18 Venid ahora, y razonemos –dice el SEÑOR–
aunque vuestros pecados sean como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos;
aunque sean rojos como el carmesí,
como blanca lana quedarán.
19 Si queréis y obedecéis,
comeréis lo mejor de la tierra;
20 pero si rehusáis y os rebeláis,
por la espada seréis devorados.
Ciertamente, la boca del SEÑOR ha hablado.
Isaias 1:18-20

Dios es misericordioso y nos quiere dar lo mejor de la tierra cuando venimos a Él. Cuando reconocemos que lo necesitamos, Él nos ayuda. A un corazón contrito y humillado Jesús no desprecia jamás. Si no hemos hecho las cosas a la manera de Dios, o hemos sido incrédulos, es hoy cuando podemos venir rendidos a sus pies, de rodillas y clamarle para que no nos de lo que merecemos, sino que tenga misericordia. Sabemos que lo que es imposible para nosotros es posible para Dios. Él quiere que caminemos con Él y tiene el poder para hacer ese milagro que necesitamos. Confiemos en Él, en Su Palabra.

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